sábado, 22 de agosto de 2009

Nunca me explico los motivos. Nunca los pienso. Sólo los siento
Y no suelo hacer excepciones.
Actúo impulsada por mi fuerza interior.
Me confundo, pero no me arrepiento.
(No me sirve, ya está hecho.)
Igual, siempre dejo cosas por hacer, palabras por decir
Oportunidades, emociones por sentir guardadas en algún rincón.
(No me engaño, sé lo que escondo).
Cuando, con la melancolía reaparecen, me detengo y pienso.
Pienso sin pensar nada en realidad.
Sólo imagino lo que pudiera haber sido.
Me vuelvo transparente y me siento liviana en la realidad
Es ese segundo donde el mundo, mi mundo, parece tambalearse
Esa sutil sensación de incertidumbre, de inseguridad.
Elegir siempre cuesta...y sin embargo animarse cuesta mas
Porque en definitiva “somos lo que hacemos, pero sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario