Un barquito espolón
que intenta cruzar el océano
sin timón, sin rumbo, sin horizonte
solo él y la inmensidad.
Un simple barquito
sin madera de calidad
y con una inexperta tripulante
sin ganas de navegar.
Un barquito espolón
simple, sencillo, bobalicón
sin gracia, sin fortaleza
hundiéndose sin hundirse
a la deriva sin naufragar
y apenas flotando de pura casualidad.
Un barquito espolón
arriesgándose al viento mas leve
a la tormenta mas insignificante
tan ciego y obstinado este barquito
que casi peca de ridículo.
Un barquito espolón
que intenta sobrevivir a su inevitable naufragio.
aunque el barquito lo intente si desde su partida ya sabe que el naufragio es inevitable, es imposible que ocurra algo distinto... ahora solo la esperanza lo pede hacer llegar a su destino si realmente sabe a donde se dirige, si no lo sabe caerá, naufragará, lo inevitable ocurrirá. Solo un buen navegante puede dirigirlo y es ese tu corazón.
ResponderBorrarque lindo vecina! me imagino que todos hemos sido seremos ese barquito... hundiendonos de a poco, a pesar de de nuestros esfuerzos, casi como si la suerte ya estuviera escrita...
ResponderBorrarojala vuelva a escribir pronto.
(me cambié de barrio, ahora estoy en: sindromespreotoniales.blogspot.com)
un abrazo a calles de distancia...